Ese emoticón tan usado en los chats como WatsApp que tiene las manos en el rostro y la boca abierta como una “O” mostrando susto…
… ¡Sí, ese mismo! describe perfectamente lo que siete una cuando lee el título de esta nota. Pero no es un rumor o un invento de algún hombre que se cansó de las peleas con su pareja y la mejor excusa que puede encontrar es asustarla con una de las peores cosas que le puede decir a una mujer.
No es ninguna novedad que las discusiones no son buenas y que una se queda con un sabor amargo en la boca luego de una pelea con su hombre. Pero encima engordar, ya es demasiado.
Según un estudio que realizó el Instituto de Medicina del Comportamiento en la Universidad de Ohio, el hecho de pelear con tu pareja constantemente y vivir en estrés, provoca depresión, lo que a su vez genera una alteración en el metabolismo de las grasas.
Se ha observado cómo hombres y mujeres que han tenido problemas de depresión, y que mantuvieron peleas constantes con su pareja, quemaron menos calorías. Además aumentaron sus niveles de insulina y, por ende, elevaron al pico sus triglicéridos tras una comida pesada.
El estudio se basó en el análisis de 43 parejas sanas -de entre 24 y 61 años- que llevaban casadas como mínimo tres años, quienes debieron llenar una serie de cuestionarios sobre su satisfacción en el matrimonio, trastornos del estado de ánimo y síntomas de depresión.
Luego, estos participantes debieron comer un menú compuesto por huevos, salchichas de pavo, galletas y salsa. Una comida que se traduce en un total de 930 calorías y 60 gramos de grasa. Dos más tarde se les presentaba a las parejas una serie de temas susceptibles de acabar en conflicto para que debatieran.
El resultado arrojó que las personas que habían sufrido un trastorno del estado de ánimo y que presentaban más hostilidad en las discusiones de pareja quemaron una media de 31 calorías menos por hora y tuvieron de media un 12% más de insulina en sangre que las otras que estaban calmadas. También se produjo una subida mayor de los triglicéridos, considerados un factor de riesgo cardiovascular.
“Estos resultados no sólo identifican cómo estos factores estresantes pueden conducir a la obesidad, sino que apunta a la importancia de tratar los trastornos del estado de ánimo. Las intervenciones en salud mental podrían beneficiar claramente la salud física también”, señala Jan Kiecolt-Glaser, director del Instituto.
¡Alerta! Diez señales para saber si tu novio es manipulador
Tags
Bienestarmujer