Hace unos días la Tierra sintió la lluvia de estrellas, enWiki Mujer te contamos que es este fenómeno.
Cuenta una leyenda que hace mucho pero muchos años, la hija del rey celestial Tentei llamada Orihime (la princesa tejedora, ya que tenía una gran talento para esto), tejía y tejía por horas a orillas del Amanogawa, la Vía Láctea. Las telas que tejía Orihime eran hermosas y su padre estaba muy orgulloso, pero la labor de Orihime le impedía conocer el amor y realmente la apenaba.
Tenti ante esta situación planeó un encuentro con Hikoboshi, pastor del otro lado Amanogawa. Apenas se conocieron nació el amor, se casaron y fueron felices, pero como ya sabemos el amor no siempre es color rosa.
Orihime había dejado de tejer y Hikoboshi descuidó todo su ganado por el cielo. Esto enojó seriamente a Tenti y separó a los amantes a cada lado del Amanogawa, como forma de castigo. Fue tal el dolor de Orihime, que Tenti decidió hacer el castigo menos severo y le prometió a su hija que vería a su amado, pero solo una vez al año, el séptimo día del séptimo mes, solo sí y solo sí cada uno de ellos volvía a tomar sus responsabilidades.
Orihime y Hikoboshi aceptaron, pero cuando llego el séptimo día del séptimo mes, se dieron cuenta que no podían cruzar, ya que no había ningún puente sombre el Amanogawa. Orihime estaba desconsolada. Fue tan fuerte el llanto de Orime que una bandada de urracas la escuchó y prometieron hacer un puente el séptimo día, del séptimo año, siempre que no lloviera. Si llovía la pareja debía esperar un año.
Cada verano los japoneses cuelguen palos de bambú con sus deseos y luego son quemados en recuerdo y bendición de Orihime y Hikoboshi porque un verdadero amor puede sobre vivir hasta una lluvia de estrellas.
Un hilo rojo…
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