No todas las mujeres tiene la suerte de encontrar un hombre que las ame, las cuide, las respete y que no intente convertirlas en su marioneta.
Hay que estar muy atentas porque hay muchos manipuladores dando vueltas. Y no hay que culparse si una se “enganchó” con un integrante de este peligroso grupo ya que son tan hábiles que al principio muestran una cosa, pero con el tiempo develan su verdadera cara e intenciones.
Tampoco ayuda ese enamoramiento ciego que en los comienzos de una relación obnubilan cualquier rastro de razón que alguna vez hayamos tenidos. Ahora bien, hay algunas señales que dan los manipuladores para saber si tu novio, marido o concubino es uno de ellos.
Lo importante es que si ves que algunas de estas cosas te resulta familiar, está alerta porque están jugando con tu mente:
- Sabe perfectamente cuáles son tus fortalezas y debilidades, y se aprovecha de esto. Te dice cosas que van en contra de tu bienestar sólo para que hagas lo que él quiere. A tal punto de prohibirte que hagas ciertas cosas, como ir a bailar a una disco.
- Una de las más típicas es que te hacen dudar tu salud mental. En medio de una discusión te puede convencer que no te dijo algo agresivo, y que seguramente tú escuchaste mal y probablemente hasta te diga que estás loca.
- No te deja ir sola ni al baño. Cada vez que tú combinas con tus amigas para salir, él termina convenciéndote para acompañarte.
- El es el que tiene la batuta y dirige la relación a su antojo. Él pone las reglas de cómo debes comportarte en la relación y tú debes cumplirlas para seguir con él.
- Una de las más típicas y que hace encender todas las alarmas es la de las promesas que nunca se cumplen: Te dice que quiere tomar el siguiente paso de la relación, pero eso nunca pasa. Juega con tu ilusión.
- Planificas tu vida a partir de su horario.
- Siempre terminan haciendo lo que él decide. No importa que artilugio usar con tal de salirse con la suya: El planea adónde ir de vacaciones, qué película ver o a que restaurante ir. ¿Y tu opinión?
- Es muy común que siempre seas tú la que está equivocada. Y aunque no fuese así, termina convenciéndote de que sí y te hace sentir de esa manera. No pierdas tiempo en discutir, siempre se imponen sus argumentos.
- Nada de lo que hagas está bien, siempre te dice que hay algo que debes cambiar de ti. Ya sea de tu cuerpo, tu profesión o tu personalidad. Lo más probable es que lo haga porque tiene un gran complejo de inseguridad.
- De alguna forma logra que siempre duerman en su casa. ¿Recuerdas la última vez que él se quedó en la tuya? ¡Cuidado!
El Principio de la Solución: el Abc de la Violencia de Género.
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