Tenés una fuerza que te motiva a empezar tu propio proyecto, tenés un plan de acción, ya sabés qué vas a ofrecer y de qué manera comenzarás a dar tus primeros pasos en el mundo emprendedor pero hay algo que te vuelve loca: ¡Te falta el nombre!
Te quita el sueño y no encontrás nada que te convenza, sentís que tiene que ser perfecto. En ese sentido, es casi como cuando las mujeres le queremos poner el nombre a un bebé, claro, nuestro proyecto es casi como un hijo. Pero no te preocupes porque la mano que tapa la luz al final de este túnel de indecisión se resuelve muy fácilmente.
Hoy queremos dejarles algunos consejos para todas las mujeres que emprenden y que están en esta etapa, que están definiendo cómo llamar a nuevo negocio personal.
Por empezar, el nombre de tu empresa no debe responder a la elección impulsiva o aleatoria. Tiene que ser algo pensado estratégicamente porque tenés que tener en cuenta que va a ser el primer elemento que va a dar una idea de “lo que sos” frente a tus clientes. Tomate todo el tiempo que sea necesario para definirlo, es una de las decisiones más importantes que vas a tomar y no vas a poner modificarlo una vez que lo decidas.
¿Cómo iniciás la búsqueda?
Animate a hacer un “Brainstorming”: Esta es una técnica creativa por excelencia. No te reprimas y deja que los conceptos y las ideas fluyan. Lo que importa es que el proceso fluya, cualquier idea puede ser buena y cualquiera puede ser el detonante para llegar a una, aún, mejor. Es un camino para llegar a aquello que están buscando así que tomá lápiz, papel y empezá de darle rienda suelta a imaginación.
Investigá online: ¡No estás sola!, este camino ya lo transitaron muchas mujeres que emprenden, así que sentate en tu compu y investigá un poco acerca de negocios similares para ver qué nombres han elegido. Armá una lista con tus preferídos y tenelos presente como inspiración para llegar al tuyo.
Pensá en lo que querés que transmita tu nombre: Este debe reflejar la esencia de tu negocio pero también combinar con aquello que vos querés transmitir. Por ejemplo: atención personalizada, productos de calidad, diseño exclusivo, etc.
Debe sonar bien, ser recordable y tener impacto: Decilo en voz alta, consultá con tu familia y amigos acerca de qué piensan cuando lo oyen. La regla de oro es que debe ser fácil de pronunciar y de recordar.
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