Pero no todo es color de rosa –a pesar de que el mundo de la famosa muñeca no usa tono para su vida- en Barbielandia, ya que una empresa sacó una muñeca más real, más como una.
Lammily creó una Barbie con celulitis, espinillas, estrías y tatuajes. “Si las niñas se caen y se hacen moretones y tienen que enyesar el brazo; y las mujeres que están a su alrededor -madres, hermanas, primas- tienen celulitis y acné, ¿por qué las muñecas con las que juegan tienen un físico que no se encuentra en la vida real?”, es lo que se preguntó el estadounidense Nickolay Lamm, de 26 años, en un diálogo The Washington Post. Y agregó que ahí nació una idea: crear una muñeca que enviara el mensaje de que no hacía falta ser como Barbie sino “que la realidad también puede ser bonita”.
Lo primero que hizo fue hacer una recreación que mostraba las diferencias entre la famosa muñeca blonda y un prototipo hecho con las medidas medias de una joven estadounidense de 19 años.
Para eso, en marzo pasado, pidió ayuda por la Web a través de un crowdfunding (micromecenazgo, también denominado financiación masiva, financiación en masa o por suscripción) y hasta el momento ha conseguido medio millón de dólares… ¡ye él sólo quería 95.000 para lanzar una muñeca con cuerpo “normal” llamada Lammily!
Lamm ya acumula más de 22.000 pedidos de esta muñeca que ya ha sido bautizada en los medios como la “Barbie real” y los primeros compradores comenzarán a recibirla a finales de noviembre. Las diferencias con la muñeca de Mattel son “escandalosas”: ya de por sí no es rubia, no es tan alta y esbelta, tiene más caderas y además tiene un poco de barriga.
Además de poder personalizarla vistiéndola con leggins y remeras o blusas más como las que usa las mujeres comunes, también tiene una serie de “marcas corporales” para “humanizarla” como pegatinas de gafas, pecas, lunares y tiritas. Pero lo que más destaca a este juguete es que tiene cicatrices, celulitis, estrías, acné, heridas y moretones. La muñeca se puede comprar a través de su página web por 25 dólares.
Lo más llamativo es que la campaña de lanzamiento muestra a Lammily haciendo ejercicio, jugando al fútbol y llevando zapatillas deportivas. Pero lo que dejó a todos con la boca abierta fue el video que lanzó Nicollay, en el que se ve cuando se les entrega a un grupo de niños -de unos diez años aproximadamente- una muñeca Lammily y una Barbie tradicional. Lo genial es que estos chiquillos aseguraron que la morena parece más normal y que les recuerda a sus hermanas y que podrían ser profesoras o deportistas, mientras que la rubia les parece artificial y creen que sólo sirve para ser modelo o surfista. Este clip (en inglés) fue subido a YouTube y en menos de 24 horas ya tuvo más de 1,4 millones de reproducciones:
Y las genialidades no terminan aquí, ya que Lamm también subió un video en el que hace una transformación desde Lammily a Barbie con ayuda del Photoshop, simulando como se hace con personas reales y el resultado es asombroso:
Pero aún hay más ya que el creador ya adelanto que tiene la intención, en un futuro, de lanzar un “Ken real”: un poco más gordito y a lo mejor calvo.
Hace algunos años, una imagen de Barbie sin maquillar, con ojeras y frenillos – en la plataforma Imgur, con créidto de Eddi Aguirre- se viralizó en las redes sociales:
Además, según informó el diario uruguayo El País, Mattel también ha hecho algunos esfuerzos para intentar actualizar la imagen de Barbie, pero muchas veces sin éxito. Para peor, en la misma semana en que salió a la luz Lammily, la compañía ha tenido que disculparse por un libro titulado ‘Puedo ser ingeniera de sistemas”, algo bastante bueno si no fuera porque la novia de Ken decía que ella sólo hacía diseños bonitos y que necesitaba a dos compañeros (de sexo masculino) para que lo programaran. Como si fuera poco, Barbie infectaba por error los ordenadores de sus compañeros y ellos lo solucionan. Y aunque el libro se publicó en 2010, las críticas han obligado a la empresa a rectificar esto e incluso se ha creado una Web para que cualquiera pueda hacer su propia versión del libro como protesta.
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