Black Friday, que en español significa Viernes Negro, es una vieja costumbre estadounidense que ya adoptaron varios países, incluidos muchos de Latinoamérica.
La cuestión es que es un día para aprovechar y comprar de todo ya que las pobres tarjetas de crédito no van a tener ni un minuto de descanso este viernes 28 de noviembre.
Todo comenzó en Filadelfia en 1966 cuando el término black friday se comenzó a utilizar para describir el colapso que sufrían las calles y carreteras el día después de Acción de Gracias. Y algunos visionarios individuos se les ocurrió que era un buen momento para alentar al consumidor y allí nació el bendito aluvión de ofertas que nos preparan los grandes almacenes, shoppings y sitios webs.
Pero, ¿cuándo se prendió la lamparita con el signo del dólar ? Fue en 1975 cuando este término traspasó la frontera de Filadelfia y, gracias a un estudio, se dieron cuenta que justo después del día de Acción de Gracias los comercios iniciaban ya con las ventas de Navidad; y que esto transformaba los números ‘rojos’ (por las grandes pérdidas) a números negros (que generaban beneficios), y ahora sabemos por qué se lo bautizó como Black Friday.
Ahora que se expandió a muchos países de Europa y otros de habla hispana, el cuarto viernes de noviembre llegan los fabulosos descuentos.
El tema es que en Estados Unidos es una fecha súper esperada, pero sobre todo temida por la policía y los guardias de las grandes tiendas. ¿Por qué? el caos se apodera de las calles ya que las personas se agarran de los pelos (literalmente hablando) y se empujan para quedarse con ese objeto que puede costar el 1% del valor real. Y se puede encontrar cualquier tipo de producto: ropa, artículos de belleza, decoración, electrónica, electrodomésticos, tecnología, zapatos, joyas y muchas cosas más.
Sólo faltan algunas horas… ¿están preparadas?