Las fiestas son para disfrutar en familia, con amigos, para degustar una rica cena y, por qué no, para lucir espléndidas y brillar más que las luces del arbolito. Pero algo que hay que tener muy en cuenta es que sobre todas las cosas hay que estar cómoda.
Es una ocasión ideal para vestirnos de forma diferente, pero lo más importante es respetar el propio estilo. Las románticas pueden jugar con los volados, el encaje o los moños, Las más naturales y las clásicas elegirán prendas cómodas de tonos tranquilos y casi sin estampados, pero no caigan en el jean y la musculosa con chatitas… ¡un poco más de imaginación! Y a las que les gusta llamar la atención pueden ponerse ese vestido rojo fuego, y si quieren verse sexy, que sea ajustado, escotado y/o corto. Pero la pregunta es: ¿qué color me queda mejor?
- Rojo: No es para cualquiera. Si quieres ser el centro de atención, adelante. Es un color que genera impacto y hace que todos te miren.
- Verde: Aunque no lo crean es uno de los más elegidos en todo el mundo y mucho tiene que ver porque se lo asocia con la naturaleza, la calma y la sabiduría. Los claros dan sensación de frescura y son más femeninos, mientras que los oscuros tienden a ser más conservadores y denotan más autoridad.
- Blanco: está asociado con la pureza y simboliza el inicio y las nuevas posibilidades, por lo que es el color por excelencia para el Año Nuevo.
Obviamente que no son los únicos colores y vale usar toda la gama de la escala cromática. Pero más allá del atuendo no hay que olvidarse de los accesorios, los mismos deben estar en los lugares que queremos resaltar (nunca un cinturón o una faja si queremos disimular la panza), o sea que hay que ubicarlos para que esa parte del cuerpo llame la atención y las miradas vayan en esa dirección.
Moda práctica, bolsillo feliz.
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